Bárbara Allende Gil de Biedma (Madrid, 1957), alias Ouka Leele, es una artista, pintora, fotógrafa de formación autodidacta y poeta. En 1976 publica Principio, su primer libro de fotografías (en blanco y negro), y tres años después realiza su primera exposición individual, con las primeras fotogr...leer más
Bárbara Allende Gil de Biedma (Madrid, 1957), alias Ouka Leele, es una artista, pintora, fotógrafa de formación autodidacta y poeta. En 1976 publica Principio, su primer libro de fotografías (en blanco y negro), y tres años después realiza su primera exposición individual, con las primeras fotografías en blanco y negro iluminadas a mano con acuarelas (Serie Peluquería, Galería Spectrum-Canon, Barcelona). En 1982 recibe una Ayuda a Artistas Jóvenes del Ministerio de Cultura. En 1987 el Museo Español de Arte Contemporáneo organiza la primera retrospectiva de su trabajo, que abarca los años 1976 a 1987, y ese mismo año es seleccionada para la Bienal de Sao Paulo. A principios de la década de los 80 comienza a firmar sus obras como Ouka Lele, nombre tomado de una constelación perteneciente a un mapa de estrellas imaginado por el artista El Hortelano. Surge entonces una actividad artística pletórica que la impulsará a extender su ámbito de actuación hacia el extranjero y hacia otras disciplinas como el dibujo, la serigrafía, la pintura y la literatura. Poco después se instalará en París y pasará largas temporadas en Mallorca. A partir del año 2000 añade a su nombre artístico una segunda “e”, firmando sus obras como Ouka Leele. Ha participado en numerosas exposiciones, individuales y colectivas, y en importantes ferias de arte nacionales y extranjeras.
De su obra, a mitad de camino entre la fotografía y la pintura, emana siempre una especial sensibilidad de raíz lírica, y en muchas ocasiones adivinamos en ella un romanticismo teñido de nostalgia al que no son ajenos ni el coloreado ni su particular iconografía de aire fifties. Ha sido una de las creadoras de imágenes emblemáticas de lo que fue la sacudida juvenil de los años ochenta para toda una generación, y por tanto una de las que más sustancia visual ha dado a su mitología.
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